28 de enero de 2006

Viaje 20

Mi idea al comenzar el viaje era llegar hasta Río Gallegos, en Santa Cruz, donde había estado viviendo casi un año y quería visitar a algunas personas. Pero el incidente "Nuria" me dejó... devastado... si, suena fuerte, pero es porque fue fuerte. Me fui de Puerto Madryn pensando y sientiendo que ya no iba a poder estar bien con mi novia, pensaba que lo que sentía en ese momento no me permitiría continuar mi relación.

Y llevaba más de 2 años saliendo con ella. Y la amaba.

Y esa sensación de que no había podido ser con Nuria y que mi "estable" relación se desmoronaba por dentro de mi cabeza, me tenía así, deambulando sin rumbo cierto, queriendo más que nada estar en Buenos Aires o en Puerto Madryn... abrazando a alguna de ellas... qué sé yo... es complicado explicar un estado total del ánimo, una sensación corporal y extracorporal... un malestar como pocas veces he sentido.

Cuando conocí a Ana y Juan y después a Diego, estaba así, ya queriendo volver a Buenos Aires, ya dando la vuelta. Si miran un mapa, o se lo acuerdan, desde Puerto Madryn hacia Esquel y luego a Bariloche es un volantazo... un freno de mano y coleada para terminar con el dolor.

Ese día Diego pasó a buscarme por el camping, me despedí con dos abrazos de mis compañeros de ruta (un abrazo para cada uno, claro) y partimos.

El viaje era de unas 5 o 6 horas, la verdad no recuerdo.
Recuerdo que Diego me contó la historia de la muerte de su padre, que contaré literariamente (es decir, en forma de cuento) en algún próximo post. (En aquel entonces, cuando hablamos de lo que hacía cada uno, yo conté que escribía... y después, al escucharle su historia, le dije "si me permitís, voy a escribir un cuento con esta historia". Y a él le gustó tanto la idea que le prometí que le enviaría el cuento. Me dio una tarjeta con su nombre y dirección en Esquel. Nunca escribí ese cuento. De hecho había olvidado esa hisotria hasta recién que me puse a escribir. Buscaré la forma de hacerle llegar el cuento, cuando esté escrito)

Llegamos a Bariloche y bajamos al perro para que tomara agua. Agarré mi mochila, Diego me regaló un paquete de puchos y me dio cinco pesos. (Ojo, eran cinco dólares(?)).

Se subió a la camioneta y se fue... (Michael Landon un poroto) (*)

(*) Para aquellos que no tienen idea de quien es Michael Landon y que tiene que ver con este relato, les digo... era el protagonista de una serie "Camino al cielo", en la que él era un ángel que tenía que hacer cosas buenas para llegar al cielo. De ahí la relación con el ángel Diego que nos rescató en la ruta y que no paró de hacer el bien durante todo el trayecto.

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