4 de febrero de 2006

Pequeña intro a la historia que se viene

Como ya dije, en junio volví a quedar solo. Solo de soltero y solo de solo.
Vivía en una casa que estaba arriba de la casa de mi abuela, que ella me alquilaba. No tenía trabajo.

Después viene un gran bla que no vale la pena relatar.

Y llegamos a noviembre. Caminaba por la calle, cerca de mi casa, en Lomas del Mirador, cuando algo que no recuerdo me hizo recordar a mi amigo Diego (No el Diego de la camioneta en el sur, otro, compañero de secundaria). El estaba viviendo en Montevideo, Uruguay.

Menos de una cuadra después la decisión ya estaba tomada. Me iba a Montevideo. Claro, no sabía ni como ni cuando ni nada, pero ya estaba en camino, ya estaba en mi mente el nuevo viaje. La simple idea de viaje me inyectaba vida en el ánimo.

La verdad no recuerdo que clase de changas conseguí, pero pude juntar una plata suficiente para llegar a Montevideo. Allí me hospedaría en la casa donde estaba Diego, y ya tenía, por medio de sus recomendaciones en el vecino país, dos alumnos esperándome. Estábamos a fines de noviembre y se acercaba la época de exámenes.

De repente tenía todo armado a la perfección: pasaje en lancha a Carmelo y micro hasta Montevideo, casa donde parar, ingreso económico.

La sonrisa en mi cara casi me dolía en esos días previos.

Llegada la fecha, viajé.

Y ahi empieza una interesante (creo) travesía por los laberintos de mi mente (bue, me fui a la mierda con el misterio).

Ya viene, paciencia.

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