31 de enero de 2006

Viaje 21

Y les dije que se venía el final.

Llegué a Bariloche, y pasaron varias cosas irrelevantes, como que durante un día entero decidí que me quedaba a vivir allí. Es decir, averigüé en la facultad para estudiar el profesorado de matemática, hablé con un matrimonio que era la única gente que conocía allí. Y todo estaba encaminado. Y faltaba hablar con ella, que me esperaba en buenos aires.

Y al hablar con ella se me vino encima el peso de todo. Un agobio total, una desesperanza sin nombre. No quería estar sin ella, no quería volver a Buenos Aires, quería estar en puerto madryn... qué sé yo. Quería estar en cualquier situación que no fuera esa, justamente esa.

Entonces Gabriel y Georgina (ese matrimonio que ya dije) arreglaron para ir el fin de semana con otros amigos a acampar al borde de uno de los tantos hermosos ríos de esa increíble ciudad y alrededores. Y claro... me fui con ellos.

Así que me tomé el fin de semana asi, alejado de mi mismo, cuidando y jugando con los hijitos de ellos y sus amigos, tomando mate en rondas de desconocidos alegres, comiendo una trucha rosada recién pescada a la parrilla.

Mirando el cielo de muchas estrellas y olvidandome por dos días de preguntarme qué carajo iba a hacer con la vida.

Y como dije que este es el final, cumplo: (resumiendo)

Volví a Buenos Aires.
Le conté a la mujer de acá sobre la mujer de allá.
Todo mal primero.
Todo bien después (todo masomenos la verdad)
La vida siguió bastante parecida a siempre.
En junio nos separamos.
A Nuria no la volví a ver.

FIN.

(en orden perfectamente cronológico, luego del medio año posterior a junio del 2000, viene el viaje a montevideo y la paloma... Ustedes dirán)

No hay comentarios.: