19 de diciembre de 2005

Viaje 9

El trabajo de Nuria era a 6 cuadras. Ya con la tranquilidad de saber que la encontraría allí y con las espalda agradeciéndome el haber dejado la mochila, caminé esas cuadras disfrutando. Fumando un cigarrillo. Pensando que diría ella, que diría yo... si me saludaría con un hola, con un abrazo... bueno, esas cosas pensaba.

Al llegar hasta la cuadra donde estaba la secretaría de turismo (que era donde trabajaba) la vi, en la vereda. Estaba ella y un tipo. Estaban cerrando.

Ya ver a un tipo no me gustó nada... había tenido una experiencia previa justamente allí, en la misma ciudad, con la misma persona, y no quería pasar por lo mismo. (esta "experiencia" es simplemente otro viaje, 3 años antes, en el que pasé por Madryn a ver a Nuria y ella estaba viviendo con su novio y no pude siquiera quedarme un rato en la casa porque estaba todo mal y tuve que dormir en la calle... pero esa es otra historia que algún día contaré).

Pero este era simplemente el compañero de trabajo. Al verme Nuria, se le formó una sonrisa que me bastó para saber casi todo. Una de esas miradas en las que se dice mucho. En seguida me abrazó y después saludó al tipo y nos fuimos caminando para su casa.

Creo haber dicho antes que con Nuria ibamos a Margarita... no se si lo dije, me voy a fijar...

Si, lo había dicho, pero muy por arriba. La cosa es que todo el tiempo que estuvimos saliendo en el 94 íbamos a Margarita, fuimos cada viernes y cada sábado. Margarita era EL lugar que ambos teníamos en la memoria.

Bueno, la cosa es que esa noche, después de cenar algo en casa de ella, fuimos a tomar algo a un bar... que se llamaba Margarita.

Justamente por llamarse así, Nuria me aclaró "no creas que es Margarita, nada que ver... pasan música distinta y es un bar, no un boliche".

Ok, advertido. Pero... a veces suceden esas cosas que uno dice "como puede ser que pase esto?". Resulta que esa noche, sin explicación alguna, pasaron muchos temas que eran como "clásicos" de margarita. No se, como diez, doce temas. Y ella me miraba y me decía "no entiendo nada", "no se que pasa".

Pero la cuestion es que lata de cerveza va, vaso de gancia viene y sin darme cuenta ella estaba sentada en mis piernas, y la musica sonaba muy fuerte y tenía que acercarse mucho para que la escuchara... y todos sabemos a que conduce eso, irremediablemente...

Bueno, a eso exactamente condujo.

Nos fuimos de allí para su casa, estuvimos 4 segundos en el living y ella dijo "quiero pasar la noche con vos"...

Tarareando en mi cabeza "letspendenaitugueder" la seguí tomado de su mano y me meti junto a ella en su cama.

Recién al otro día, al despertar y verla, noté que en todo ese tiempo, desde el abrazo en la puerta de la secretaría, hasta despertar junto a ella, no había pensado ni un segundo en mi novia.

Más adelante veremos de qué manera influye este hecho en el resto del relato.
Por ahora los dejo.
(Prometo más periodicidad)

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